La boca de una niña, tras yacer largo tiempo entre las cañas, parecía tan mordida.
Cuando le abrieron el pecho, tenía el esófago tan agujereado.
Por fin, en el porche enramado bajo el diafragma
hallaron un nido de crías de rata.
Una de las hermanitas pequeñas yacía muerta.
Las demás subsistían gracias al hígado y los riñones,
bebían la sangre fría y, aquí,
su juventud había sido hermosa.
Como hermosa y rauda fue también su muerte:
a todas ellas las arrojaron al agua.
¡Ay¡ ¡Cómo chillaban sus pequeños hociquitos¡
Además de sus exitosos libros infantiles, Wolf Erlbruch ha ilustrado de autores clásicos, por ejemplo, El nuevo libro del abecedario de Karl Philipp Moritz. La composición magistral del dibujo y el collage hacen que este libro de Erlbruch sea un libro de artista inusual, tanto por su belleza singular como por su osadía.
La boca de una niña, tras yacer largo tiempo entre las cañas, parecía tan mordida.
Cuando le abrieron el pecho, tenía el esófago tan agujereado.
Por fin, en el porche enramado bajo el diafragma
hallaron un nido de crías de rata.
Una de las hermanitas pequeñas yacía muerta.
Las demás subsistían gracias al hígado y los riñones,
bebían la sangre fría y, aquí,
su juventud había sido hermosa.
Como hermosa y rauda fue también su muerte:
a todas ellas las arrojaron al agua.
¡Ay¡ ¡Cómo chillaban sus pequeños hociquitos¡
Además de sus exitosos libros infantiles, Wolf Erlbruch ha ilustrado de autores clásicos, por ejemplo, El nuevo libro del abecedario de Karl Philipp Moritz. La composición magistral del dibujo y el collage hacen que este libro de Erlbruch sea un libro de artista inusual, tanto por su belleza singular como por su osadía.