El lector impertinente quiere menos ser un libro de consulta sobre literatura contemporánea que uno de amena lectura, como una novela llena de personajes y personajillos, de anécdotas y de aventuras o juegos de la inteligencia. A José Luis García Martín le encantan las tertulias, las charlas con amigos alrededor de una mesa de café. Mantiene todavía una, ya famosa, que se reúne todos los viernes desde 1980. Puede que sea la tertulia más longeva de la historia de la literatura, y la más misteriosa: aunque ha cumplido ya cuarenta años, la edad media de los contertulios sigue estando en torno a los treinta. Este libro bien puede ser como un avatar más de esa tertulia, una dilatada charla sobre vida y literatura, una charla en la que José Luis García Martín lleva la voz cantante, como resulta habitual en él, pero en la que se da paso a otras muchas voces de hoy y de ayer, famosas o desconocidas, una charla que podemos interrumpir con alivio y aun con enfado en cualquier momento y reanudar con placer en cuanto vuelva a apetecernos. José Luis García Martín –que ha hecho de la impertinencia un arte– es en sí mismo un género literario, como ocurre con todo escritor pluralmente verdadero. Pasen y lo comprobarán.
El lector impertinente quiere menos ser un libro de consulta sobre literatura contemporánea que uno de amena lectura, como una novela llena de personajes y personajillos, de anécdotas y de aventuras o juegos de la inteligencia. A José Luis García Martín le encantan las tertulias, las charlas con amigos alrededor de una mesa de café. Mantiene todavía una, ya famosa, que se reúne todos los viernes desde 1980. Puede que sea la tertulia más longeva de la historia de la literatura, y la más misteriosa: aunque ha cumplido ya cuarenta años, la edad media de los contertulios sigue estando en torno a los treinta. Este libro bien puede ser como un avatar más de esa tertulia, una dilatada charla sobre vida y literatura, una charla en la que José Luis García Martín lleva la voz cantante, como resulta habitual en él, pero en la que se da paso a otras muchas voces de hoy y de ayer, famosas o desconocidas, una charla que podemos interrumpir con alivio y aun con enfado en cualquier momento y reanudar con placer en cuanto vuelva a apetecernos. José Luis García Martín –que ha hecho de la impertinencia un arte– es en sí mismo un género literario, como ocurre con todo escritor pluralmente verdadero. Pasen y lo comprobarán.