Dec�a Winston Churchill que el �xito consist�a en peregrinar de fracaso en fracaso sin perder el �nimo. Una reflexi�n que se puede aplicar perfectamente al protagonista de este libro.Inasequible al desaliento - aunque, como todo ser humano sensible, tenga sus momentos de debilidad - lucha sin tregua por alcanzar lo que todo individuo busca en esta vida: la felicidad. Lo que nos distingue a unos humanos de otros es, precisamente, lo que cada uno entiende por felicidad. Para un ejecutivo de ventas de la ciudad de Nueva York, puede ser obtener alg�n premio o reconocimiento profesional o ganar una cantidad indecente de dinero al a�o. Mientras que para un et�ope, pongamos por caso, la felicidad sea comer todos los d�as. Al menos una vez.Agredido por un descendiente directo de un neandertal; expulsado de la vivienda que compart�a con su pareja, previo expolio econ�mico de �sta; condenado por un delito que no cometi�; a punto de ser desahuciado; acosado por una enferma mental. La lista de sucesos, incidentes y vicisitudes, que acosan sin descanso al protagonista, es amplia y variada.Despu�s de la experiencia vital de Rafa, despu�s de los desechos humanos con los que ha tenido que lidiar y a los que ha tenido que sobrevivir, uno podr�a renunciar a depositar ni un gramo de fe en el resto de la humanidad. Y sin embargo, a pesar de los continuos vaivenes, avatares, eventos, accidentes y desgracias que ha tenido que padecer, Rafa Montealto mantiene intacta su fe en las matem�ticas: tiene que haber alguien por ah� que realmente merezca la pena. Es pura estad�stica.Rafa, a fuerza de experiencia, ha ido restringiendo el conjunto de "cosas necesarias" para ser feliz. Ya s�lo se conforma con tener unos ingresos, aunque sean modestos, y compartir su vida con una mujer a la que ame y sea correspondido. Unos pocos pero escogidos amigos, ayudan a completar el cuadro. Incluso hace tiempo que lleg� a la conclusi�n de que era imposible ser feliz veinticuatro horas al d�a. En pos de ese objetivo, tambi�n ha realizado algunos ajustes que afectan a su vocabulario: ha desterrado para siempre el t�rmino fracaso; utiliza en muy contadas ocasiones �xito y jam�s conjuga el verbo reflexivo arrepentirse.Esta es parte de la historia de un hombre que decidi� rebelarse contra su destino; que decidi� que no ser�a un salm�n m�s, obligado por fuerzas desconocidas a regresar a su lugar de nacimiento, con el �nico objetivo de reproducirse y despu�s morir. Y eso, suponiendo que sea capaz de llegar y no muera antes por el camino, entre las fauces de un hambriento oso. Es la historia de un hombre acostumbrado a tener que pelear por lo mismo que a otros, se les concede sin m�s. Es la historia de alguien que ha hecho del t�rmino superaci�n, su raz�n de ser. Es la historia de alguien que ha tenido que reinventarse, no una, sino varias veces, y ha tenido que adaptarse a situaciones casi inveros�miles. Es la historia de un superviviente.
Dec�a Winston Churchill que el �xito consist�a en peregrinar de fracaso en fracaso sin perder el �nimo. Una reflexi�n que se puede aplicar perfectamente al protagonista de este libro.Inasequible al desaliento - aunque, como todo ser humano sensible, tenga sus momentos de debilidad - lucha sin tregua por alcanzar lo que todo individuo busca en esta vida: la felicidad. Lo que nos distingue a unos humanos de otros es, precisamente, lo que cada uno entiende por felicidad. Para un ejecutivo de ventas de la ciudad de Nueva York, puede ser obtener alg�n premio o reconocimiento profesional o ganar una cantidad indecente de dinero al a�o. Mientras que para un et�ope, pongamos por caso, la felicidad sea comer todos los d�as. Al menos una vez.Agredido por un descendiente directo de un neandertal; expulsado de la vivienda que compart�a con su pareja, previo expolio econ�mico de �sta; condenado por un delito que no cometi�; a punto de ser desahuciado; acosado por una enferma mental. La lista de sucesos, incidentes y vicisitudes, que acosan sin descanso al protagonista, es amplia y variada.Despu�s de la experiencia vital de Rafa, despu�s de los desechos humanos con los que ha tenido que lidiar y a los que ha tenido que sobrevivir, uno podr�a renunciar a depositar ni un gramo de fe en el resto de la humanidad. Y sin embargo, a pesar de los continuos vaivenes, avatares, eventos, accidentes y desgracias que ha tenido que padecer, Rafa Montealto mantiene intacta su fe en las matem�ticas: tiene que haber alguien por ah� que realmente merezca la pena. Es pura estad�stica.Rafa, a fuerza de experiencia, ha ido restringiendo el conjunto de "cosas necesarias" para ser feliz. Ya s�lo se conforma con tener unos ingresos, aunque sean modestos, y compartir su vida con una mujer a la que ame y sea correspondido. Unos pocos pero escogidos amigos, ayudan a completar el cuadro. Incluso hace tiempo que lleg� a la conclusi�n de que era imposible ser feliz veinticuatro horas al d�a. En pos de ese objetivo, tambi�n ha realizado algunos ajustes que afectan a su vocabulario: ha desterrado para siempre el t�rmino fracaso; utiliza en muy contadas ocasiones �xito y jam�s conjuga el verbo reflexivo arrepentirse.Esta es parte de la historia de un hombre que decidi� rebelarse contra su destino; que decidi� que no ser�a un salm�n m�s, obligado por fuerzas desconocidas a regresar a su lugar de nacimiento, con el �nico objetivo de reproducirse y despu�s morir. Y eso, suponiendo que sea capaz de llegar y no muera antes por el camino, entre las fauces de un hambriento oso. Es la historia de un hombre acostumbrado a tener que pelear por lo mismo que a otros, se les concede sin m�s. Es la historia de alguien que ha hecho del t�rmino superaci�n, su raz�n de ser. Es la historia de alguien que ha tenido que reinventarse, no una, sino varias veces, y ha tenido que adaptarse a situaciones casi inveros�miles. Es la historia de un superviviente.