En este libro se dibuja un panorama ciertamente inquietante que asoló España a comienzos de los 90. Una etapa en la que muchos, perdieron sus empleos, algunos sus hogares y todos, tuvieron que reinventarse, reciclarse y comenzar de nuevo.
Aquí se habla de aspectos en los que cualquiera puede reconocerse: de divorcio; del alejamiento del hijo y las complicaciones que ello conlleva; de sucesivas experiencias sentimentales más propias de una película de terror de Alfred Hitchcock; de mudanzas de un lado a otro; del apoyo de unos amigos y la traición y el abandono de otros.
Un auténtico descenso a los avernos que culmina con la firma de un contrato basura por el que percibirá la mitad de lo que ganaba en su anterior empleo y además, su propia empresa, le robará. Y por si esto fuera poco, debe convivir con la amenaza de embargo de la vivienda por parte del banco, además de otras desventuras y desdichas que parecen acumularse sin fin.
En definitiva, se trata de un ejemplo más de superación de situaciones límite. De vivir durante algunos años - que parecen interminables - bajo una especie de maldición o de conjura de los dioses que se confabulan para obrar en nuestra contra.
Y todo ello, relatado - a pesar de todo - con sentido del humor y positivismo.
En este libro se dibuja un panorama ciertamente inquietante que asoló España a comienzos de los 90. Una etapa en la que muchos, perdieron sus empleos, algunos sus hogares y todos, tuvieron que reinventarse, reciclarse y comenzar de nuevo.
Aquí se habla de aspectos en los que cualquiera puede reconocerse: de divorcio; del alejamiento del hijo y las complicaciones que ello conlleva; de sucesivas experiencias sentimentales más propias de una película de terror de Alfred Hitchcock; de mudanzas de un lado a otro; del apoyo de unos amigos y la traición y el abandono de otros.
Un auténtico descenso a los avernos que culmina con la firma de un contrato basura por el que percibirá la mitad de lo que ganaba en su anterior empleo y además, su propia empresa, le robará. Y por si esto fuera poco, debe convivir con la amenaza de embargo de la vivienda por parte del banco, además de otras desventuras y desdichas que parecen acumularse sin fin.
En definitiva, se trata de un ejemplo más de superación de situaciones límite. De vivir durante algunos años - que parecen interminables - bajo una especie de maldición o de conjura de los dioses que se confabulan para obrar en nuestra contra.
Y todo ello, relatado - a pesar de todo - con sentido del humor y positivismo.