Siete años pasaron desde la publicación del último libro de Martín Rejtman, Literatura y otros cuentos. En estos Tres cuentos el autor mejora lo que ya resultaba inmejorable: su máquina de narrar pasa de la carrera de 800 metros al ultramaratón, del salto en largo al triple mortal. Y en esa ampliación del campo de batalla no pierde nada de su precisión, que es a la vez quirúrgica y próspera. Un poco a la manera de Los Simpson, otro poco como un dios que pone a prueba la Teoría de la Probabilidad, estos relatos empiezan en un sitio y terminan en otro muy distinto, mientras en el medio pasan cosas innumerables, cosas ladinas que hacen de cuenta que no pasa nada, cosas que se hacen las distraídas y nos distraen, mientras Rejtman avanza y avanza. Nadie es capaz de poner en juego semejantes niveles de gracia y rigurosidad, y eso hace que estos «Tres cuentos» justifiquen sobradamente una espera de siete años o cualquier otra.
Siete años pasaron desde la publicación del último libro de Martín Rejtman, Literatura y otros cuentos. En estos Tres cuentos el autor mejora lo que ya resultaba inmejorable: su máquina de narrar pasa de la carrera de 800 metros al ultramaratón, del salto en largo al triple mortal. Y en esa ampliación del campo de batalla no pierde nada de su precisión, que es a la vez quirúrgica y próspera. Un poco a la manera de Los Simpson, otro poco como un dios que pone a prueba la Teoría de la Probabilidad, estos relatos empiezan en un sitio y terminan en otro muy distinto, mientras en el medio pasan cosas innumerables, cosas ladinas que hacen de cuenta que no pasa nada, cosas que se hacen las distraídas y nos distraen, mientras Rejtman avanza y avanza. Nadie es capaz de poner en juego semejantes niveles de gracia y rigurosidad, y eso hace que estos «Tres cuentos» justifiquen sobradamente una espera de siete años o cualquier otra.