La obra de Piñera si es de las que refleja la forma de vida de su país. Nos describe la vida de una familia media en la Cuba anterior a la Revolución, con sus grandezas -las menos- y con sus miserias -las más-, con sus frustraciones y angustias, con sus ilusiones vanas. Las preocupaciones cotidianas. Las escasas esperanzas para un futuro que es el día siguiente. La desintegración moral de una familia... Son muchos los temas que trata Piñera.
Se reúnen dos obras teatrales que reflejan parte de la creatividad y compromiso del autor. Novelista, dramaturgo, poeta y cuentista, Piñera es considerado el mayor poeta cubano del siglo XX.
Aire frío:
El clima, la atmósfera que crea Piñera alrededor de la familia Romaguera resulta opresiva, las continuas menciones al calor hacen sentir la angustia de unos seres desamparados, fracasados, que son perdedores en la vida. Pasan hambre y todo tipo de privaciones y necesidades.
Los personajes están perfectamente delimitados: Ana y Luz Marina representan a la mujer cubana, con un desmedido afán de proteccionismo y con una capacidad de sufrimiento que, a veces, raya en lo heróico; los hombres son débiles, no soportan la tensión y la cruda realidad cotidiana de tener que sobrevivir todos los días, sabiendo que el día que comienza hoy será más duro que el de ayer.
La actualidad de la obra está patente. Se respira el aire del gran teatro, de ese que nos gustaría ver más a menudo.
Dos viejos pánicos:
Tabo y Tota son una pareja que siente que sus vidas desembocan irremediablemente en la vejez y en la muerte, el horror les sacude y se aferran a una existencia que no es mejor que la muerte.
El teatro de lo absurdo y lo grotesco, el sarcasmo, como forma de explorar el miedo, miedo a la muerte, a la vida, al miedo, a un mundo donde los hombres se dividen en “los que meten miedo” y “los que tienen miedo” y tanto unos como otros, sienten igual temor. Miedo a una sociedad donde la policía acecha, donde se presentan encuestas sin sentido, cuyas respuestas se conocen de antemano.
Los personajes, sus actos, sus palabras, están dominados por ese concepto, ese sentimiento, el miedo, tema central de la obra que ratificó a su autor como uno de los grandes maestros de las letras en Cuba, y que también propone una exploración del mundo de las apariencias de lo femenino y lo masculino, de lo andrógino y lo ambiguo para reflexionar sobre el significado del matrimonio.
La obra de Piñera si es de las que refleja la forma de vida de su país. Nos describe la vida de una familia media en la Cuba anterior a la Revolución, con sus grandezas -las menos- y con sus miserias -las más-, con sus frustraciones y angustias, con sus ilusiones vanas. Las preocupaciones cotidianas. Las escasas esperanzas para un futuro que es el día siguiente. La desintegración moral de una familia... Son muchos los temas que trata Piñera.
Se reúnen dos obras teatrales que reflejan parte de la creatividad y compromiso del autor. Novelista, dramaturgo, poeta y cuentista, Piñera es considerado el mayor poeta cubano del siglo XX.
Aire frío:
El clima, la atmósfera que crea Piñera alrededor de la familia Romaguera resulta opresiva, las continuas menciones al calor hacen sentir la angustia de unos seres desamparados, fracasados, que son perdedores en la vida. Pasan hambre y todo tipo de privaciones y necesidades.
Los personajes están perfectamente delimitados: Ana y Luz Marina representan a la mujer cubana, con un desmedido afán de proteccionismo y con una capacidad de sufrimiento que, a veces, raya en lo heróico; los hombres son débiles, no soportan la tensión y la cruda realidad cotidiana de tener que sobrevivir todos los días, sabiendo que el día que comienza hoy será más duro que el de ayer.
La actualidad de la obra está patente. Se respira el aire del gran teatro, de ese que nos gustaría ver más a menudo.
Dos viejos pánicos:
Tabo y Tota son una pareja que siente que sus vidas desembocan irremediablemente en la vejez y en la muerte, el horror les sacude y se aferran a una existencia que no es mejor que la muerte.
El teatro de lo absurdo y lo grotesco, el sarcasmo, como forma de explorar el miedo, miedo a la muerte, a la vida, al miedo, a un mundo donde los hombres se dividen en “los que meten miedo” y “los que tienen miedo” y tanto unos como otros, sienten igual temor. Miedo a una sociedad donde la policía acecha, donde se presentan encuestas sin sentido, cuyas respuestas se conocen de antemano.
Los personajes, sus actos, sus palabras, están dominados por ese concepto, ese sentimiento, el miedo, tema central de la obra que ratificó a su autor como uno de los grandes maestros de las letras en Cuba, y que también propone una exploración del mundo de las apariencias de lo femenino y lo masculino, de lo andrógino y lo ambiguo para reflexionar sobre el significado del matrimonio.