Gloria perenne es un panorama de la historia del teatro en el período que abarca la biografía de Eleonora Duse, una de las actrices más grandes del mundo. Destacada sacerdotisa del naturalismo, enemiga del maquillaje y de las complicadas vestiduras, es un eslabón entre el artificioso pasado y el osado presente.
Desde su comienzo como miembro de una compañía de cómicos de la legua hasta la cúspide de su carrera como huésped de Londres, París, Nueva York y Moscú, cuando brillaba como única rival de la gran Sarah Bernhardt, Eleonora Duse consagró su vida al teatro. En él halló una válvula de escape a su misticismo y fuego interior, y en el halló la vida que no gozó fuera de escena.
Su segunda pasión fue Gabriel d'Annunzio, el poeta, dramaturgo y político italiano, que supo fascinarla, llevándola a una suprema autoinmolación en su esfuerzo por dar vida a sus dramas, un tanto estáticos e inánimes.
Preséncianse aquí íntimos momentos de la vida de los dos seres mejores dotados de su época. Se asiste a los "duelos" teatrales entre la Duse y la "divina Sarah" y, magistralmente descritos, los triunfos y derrotas que jalonaron la vida de la trágica genia que supo conservar su exquisito espíritu y su amor a la vida a pesar de su infortunio y enfermedad, que no humilló su frente hasta el momento de su muerte, acaecida en el transcurso de una triunfal gira por los Estados Unidos, en 1924.
Gloria perenne es un panorama de la historia del teatro en el período que abarca la biografía de Eleonora Duse, una de las actrices más grandes del mundo. Destacada sacerdotisa del naturalismo, enemiga del maquillaje y de las complicadas vestiduras, es un eslabón entre el artificioso pasado y el osado presente.
Desde su comienzo como miembro de una compañía de cómicos de la legua hasta la cúspide de su carrera como huésped de Londres, París, Nueva York y Moscú, cuando brillaba como única rival de la gran Sarah Bernhardt, Eleonora Duse consagró su vida al teatro. En él halló una válvula de escape a su misticismo y fuego interior, y en el halló la vida que no gozó fuera de escena.
Su segunda pasión fue Gabriel d'Annunzio, el poeta, dramaturgo y político italiano, que supo fascinarla, llevándola a una suprema autoinmolación en su esfuerzo por dar vida a sus dramas, un tanto estáticos e inánimes.
Preséncianse aquí íntimos momentos de la vida de los dos seres mejores dotados de su época. Se asiste a los "duelos" teatrales entre la Duse y la "divina Sarah" y, magistralmente descritos, los triunfos y derrotas que jalonaron la vida de la trágica genia que supo conservar su exquisito espíritu y su amor a la vida a pesar de su infortunio y enfermedad, que no humilló su frente hasta el momento de su muerte, acaecida en el transcurso de una triunfal gira por los Estados Unidos, en 1924.