Bajaba la tapa del inodoro y me quedaba quieto, muy quieto, esperando que algo se moviera.
Podía pasar una hora sentado; esperando que de la canilla saliera sangre o que un pájaro de alas negras surgiera del fondo del espejo y aleteara furioso sobre mí".
Bajaba la tapa del inodoro y me quedaba quieto, muy quieto, esperando que algo se moviera.
Podía pasar una hora sentado; esperando que de la canilla saliera sangre o que un pájaro de alas negras surgiera del fondo del espejo y aleteara furioso sobre mí".