Esta narración de José Balza es muestra de una depurada construcción discursiva que se trama en una historia de eterno regreso. Su protagonista, que retorna al silencio de San Rafael, su pueblo natal, se esfuerza por recuperar fragmentos extraviados de una identidad confusa; hallar un yo perdido a través de la reconstrucción de su pasado. Julio Cortázar dijo alguna vez: "Le tengo fe a Balza, creo que su obra futura será para él y para nosotros una gran experiencia".
Esta narración de José Balza es muestra de una depurada construcción discursiva que se trama en una historia de eterno regreso. Su protagonista, que retorna al silencio de San Rafael, su pueblo natal, se esfuerza por recuperar fragmentos extraviados de una identidad confusa; hallar un yo perdido a través de la reconstrucción de su pasado. Julio Cortázar dijo alguna vez: "Le tengo fe a Balza, creo que su obra futura será para él y para nosotros una gran experiencia".