Diversos factores hicieron de este libro algo más que un conjunto de quince poemas de un autor casi novel. Su inmediata consagracion publica, como Premio Nacional de Poesia de 1966, fue sólo el primer peldano de una fulgurante escalada que hizo aparecer la eufónica simetría del título como el santo y seña de una nueva poetica de ruptura.
El perfil del adolescente insultantemente maduro que había sido Pere Gimferrer lo esbozan sus colaboraciones, en las que un sugestivo repertorio de autores y obras, apenas presentes en las páginas y en los catálogos editoriales del país, constituye el mejor testimonio de una mentalidad de vanguardia que busca en lo nuevo y rebusca en lo viejo para formar ese mundo de raros y curiosos que acabarán ingresando en el universo poético del autor.
Diversos factores hicieron de este libro algo más que un conjunto de quince poemas de un autor casi novel. Su inmediata consagracion publica, como Premio Nacional de Poesia de 1966, fue sólo el primer peldano de una fulgurante escalada que hizo aparecer la eufónica simetría del título como el santo y seña de una nueva poetica de ruptura.
El perfil del adolescente insultantemente maduro que había sido Pere Gimferrer lo esbozan sus colaboraciones, en las que un sugestivo repertorio de autores y obras, apenas presentes en las páginas y en los catálogos editoriales del país, constituye el mejor testimonio de una mentalidad de vanguardia que busca en lo nuevo y rebusca en lo viejo para formar ese mundo de raros y curiosos que acabarán ingresando en el universo poético del autor.