Siempre han estado entre nosotros: los telépatas, las personas poseedoras de poderes mentales superiores que llamamos «metapsíquicos». Pero siempre han sido muy pocos, y sus habilidades débiles y erráticas.
Pero la tendencia de la humanidad es el desarrollo y la difusión de estos poderes entre todos los seres humanos, la creación de una mente planetaria que englobe a todos los habitantes de nuestro mundo. Y, poco a poco, estos poderes que empezaron de un modo larvario van creciendo y difundiéndose. Pero los humanos «normales» consideran a todos esos operantes metapsíquicos como seres curiosos, extraños… y peligrosos.
Y mientras sobre nuestro planeta las metafunciones se desarrollan lenta y penosamente, las naves del Medio Galáctico orbitan sin cesar la Tierra: vigilando, esperando…
Siempre han estado entre nosotros: los telépatas, las personas poseedoras de poderes mentales superiores que llamamos «metapsíquicos». Pero siempre han sido muy pocos, y sus habilidades débiles y erráticas.
Pero la tendencia de la humanidad es el desarrollo y la difusión de estos poderes entre todos los seres humanos, la creación de una mente planetaria que englobe a todos los habitantes de nuestro mundo. Y, poco a poco, estos poderes que empezaron de un modo larvario van creciendo y difundiéndose. Pero los humanos «normales» consideran a todos esos operantes metapsíquicos como seres curiosos, extraños… y peligrosos.
Y mientras sobre nuestro planeta las metafunciones se desarrollan lenta y penosamente, las naves del Medio Galáctico orbitan sin cesar la Tierra: vigilando, esperando…