El velo desplegado ante los ojos del espectador, en el que se vislumbra el rostro de Cristo, resplandece como un hallazgo personal de Zurbarán. Con sus varios cuadros de la Verónica, Zurbarán va cruzando el umbral que separa "la era de la iamgen" de "la era del Arte".
El velo desplegado ante los ojos del espectador, en el que se vislumbra el rostro de Cristo, resplandece como un hallazgo personal de Zurbarán. Con sus varios cuadros de la Verónica, Zurbarán va cruzando el umbral que separa "la era de la iamgen" de "la era del Arte".