Todo ha cambiado excepto su apodo, Boulder: esas enormes piedras aisladas en medio del paisaje, expuestas a todo sin que nadie sepa de dónde vienen ni porque están ahí. «La suya es una subjetividad poética que mira el mundo y descubre que todo eso que nos contiene puede mirarse por primera vez.»
Gabriela Wiener
Todo ha cambiado excepto su apodo, Boulder: esas enormes piedras aisladas en medio del paisaje, expuestas a todo sin que nadie sepa de dónde vienen ni porque están ahí. «La suya es una subjetividad poética que mira el mundo y descubre que todo eso que nos contiene puede mirarse por primera vez.»
Gabriela Wiener