“Este libro, escrito durante los seis meses que el autor pasó como huésped de un centro de escritores a las afueras de Seúl, es mucho más que una crónica de viajes: confesión y tesis; turismo y ascensión; verdad espiritual y comilona; un tránsito cuyo itinerario no persigue el interior o el exterior del ser sino su intersticio: la integridad de la mirada. […] Con decoro, el autor se arroja a una experiencia en la que el compromiso existencial es indivisible del compromiso con el paisaje. Para ello se vale de una prosa nítida, incluso telegráfica —rara virtud en alguien que proviene de las filas de la lírica mexicana.” Julián Herbert.
“Este libro, escrito durante los seis meses que el autor pasó como huésped de un centro de escritores a las afueras de Seúl, es mucho más que una crónica de viajes: confesión y tesis; turismo y ascensión; verdad espiritual y comilona; un tránsito cuyo itinerario no persigue el interior o el exterior del ser sino su intersticio: la integridad de la mirada. […] Con decoro, el autor se arroja a una experiencia en la que el compromiso existencial es indivisible del compromiso con el paisaje. Para ello se vale de una prosa nítida, incluso telegráfica —rara virtud en alguien que proviene de las filas de la lírica mexicana.” Julián Herbert.