En "No nací en Castalia", María Cristina Fernández ofrece un caleidoscopio de universos femeninos. Personajes que buscan la fuga no solo de su condición económica y política, sino de su propia existencia: “…una mujer medieval en una civilización errada. Un unicornio blanco metido en un cerco. Un producto averiado y sin garantías”. Relatos conmovedores y telúricos que cobran gran fuerza al reconstruir memorias espirituales y físicas, una amalgama de ruinas de ciudades y paisajes: “No nací en Castalia:/ Quiero decir que me tocó una provincia a secas/ una demarcación fatal, y entre sus dimensiones/ ningún embarcadero para zarpar/ o quedarse”. Pero a pesar de todas las catástrofes, la autora rezuma entre estos cuentos que el mejor antídoto contra el dolor es el amor. Con lenguaje depurado, que fluye con intensidad poética, María Cristina Fernández se revela en "No nací en Castalia" como una voz de originalidad estilística en la narrativa cubana de nuestro tiempo. Rodolfo Martínez Sotomayor
En "No nací en Castalia", María Cristina Fernández ofrece un caleidoscopio de universos femeninos. Personajes que buscan la fuga no solo de su condición económica y política, sino de su propia existencia: “…una mujer medieval en una civilización errada. Un unicornio blanco metido en un cerco. Un producto averiado y sin garantías”. Relatos conmovedores y telúricos que cobran gran fuerza al reconstruir memorias espirituales y físicas, una amalgama de ruinas de ciudades y paisajes: “No nací en Castalia:/ Quiero decir que me tocó una provincia a secas/ una demarcación fatal, y entre sus dimensiones/ ningún embarcadero para zarpar/ o quedarse”. Pero a pesar de todas las catástrofes, la autora rezuma entre estos cuentos que el mejor antídoto contra el dolor es el amor. Con lenguaje depurado, que fluye con intensidad poética, María Cristina Fernández se revela en "No nací en Castalia" como una voz de originalidad estilística en la narrativa cubana de nuestro tiempo. Rodolfo Martínez Sotomayor