«Había una vez dos hermanos, gemelos idénticos, y aunque yo los quería a los dos, mi alma pertenecía solo a uno…».
Annalia se ha criado en la granja de los Sawyer, y ha crecido junto a los hijos gemelos de los dueños: a Cole le dio su primer beso, pero con Preston le une algo más, algo mucho más intenso, y ella sabe que es amor puro.
Preston ama profundamente a Annalia desde siempre, pero su sentido del honor, por su familia, por su gemelo, le impide conquistarla… Hasta que no puede resistirse más, y durante una calurosa noche de verano en la que sus mundos —y sus cuerpos— impactan, se desencadena una serie de acontecimientos que alterarán sus vidas para siempre y que provocan que Annalia desaparezca.
Pero Annalia regresa a la granja pasado un tiempo para reclamar lo que tanto ansía su corazón, y se encontrará a un Preston que no sabe si puede perdonarla y que no quiere arriesgarse a volver a sufrir.
¿Impedirán el orgullo y la amargura que Preston se abra a lo único que ha anhelado siempre? ¿Podrá Annalia arreglar algo que está irremediablemente roto? ¿Se puede perdonar lo imperdonable?
«Había una vez dos hermanos, gemelos idénticos, y aunque yo los quería a los dos, mi alma pertenecía solo a uno…».
Annalia se ha criado en la granja de los Sawyer, y ha crecido junto a los hijos gemelos de los dueños: a Cole le dio su primer beso, pero con Preston le une algo más, algo mucho más intenso, y ella sabe que es amor puro.
Preston ama profundamente a Annalia desde siempre, pero su sentido del honor, por su familia, por su gemelo, le impide conquistarla… Hasta que no puede resistirse más, y durante una calurosa noche de verano en la que sus mundos —y sus cuerpos— impactan, se desencadena una serie de acontecimientos que alterarán sus vidas para siempre y que provocan que Annalia desaparezca.
Pero Annalia regresa a la granja pasado un tiempo para reclamar lo que tanto ansía su corazón, y se encontrará a un Preston que no sabe si puede perdonarla y que no quiere arriesgarse a volver a sufrir.
¿Impedirán el orgullo y la amargura que Preston se abra a lo único que ha anhelado siempre? ¿Podrá Annalia arreglar algo que está irremediablemente roto? ¿Se puede perdonar lo imperdonable?