El porvenir siempre ha llamado la atención de los más diversos escritores y en Espacio Austral se integran las visiones de 28 autores chilenos y argentinos sobre qué le espera al ser humano más allá del horizonte: luz que rebota inofensiva en las paredes blancas. Abducciones. Espacio se pliega sobre si mismo, verde. Algo que muere y renace en un mismo cuerpo. Aguas siempre a punto de cambiar de humor. Criaturas emboscadas por enemigos invisibles. Fragmentos de vivos y de muertos. Monstruos. Un vórtice de preguntas alocadas. Alienígenas. Una torre de Babel hecha de maldad puro. Robides, virus inteligentes, nanorasers. El apocalipsis según una moribunda. Puentes entre dimensiones. Cientos de embriones a punto de ser clonados. Una esfera oscura e hipnótica que engulle palomas y bolsas de basura. El cruel y penoso adiós de la anarquía. Mutantes. Un plácido paisaje que muestra una escarpada costa marina. Sobrevivientes. Una novelista ciberpunk. Ojos descomunales, redondos, sanguinolentos, sin cejas, sin pestañas. La turbiedad de los bosques hundidos. El ritmo implacable del plastiacero azul. Una ciudad dorada al otro lado de un río de plata.
Este es el punto de partida de un viaje que llevará al lector, no solo hacia todos los rincones del universo, sino también hacia el interior de la mente humana.
El porvenir siempre ha llamado la atención de los más diversos escritores y en Espacio Austral se integran las visiones de 28 autores chilenos y argentinos sobre qué le espera al ser humano más allá del horizonte: luz que rebota inofensiva en las paredes blancas. Abducciones. Espacio se pliega sobre si mismo, verde. Algo que muere y renace en un mismo cuerpo. Aguas siempre a punto de cambiar de humor. Criaturas emboscadas por enemigos invisibles. Fragmentos de vivos y de muertos. Monstruos. Un vórtice de preguntas alocadas. Alienígenas. Una torre de Babel hecha de maldad puro. Robides, virus inteligentes, nanorasers. El apocalipsis según una moribunda. Puentes entre dimensiones. Cientos de embriones a punto de ser clonados. Una esfera oscura e hipnótica que engulle palomas y bolsas de basura. El cruel y penoso adiós de la anarquía. Mutantes. Un plácido paisaje que muestra una escarpada costa marina. Sobrevivientes. Una novelista ciberpunk. Ojos descomunales, redondos, sanguinolentos, sin cejas, sin pestañas. La turbiedad de los bosques hundidos. El ritmo implacable del plastiacero azul. Una ciudad dorada al otro lado de un río de plata.
Este es el punto de partida de un viaje que llevará al lector, no solo hacia todos los rincones del universo, sino también hacia el interior de la mente humana.