Náufragos y ladrones, empleados sumisos y hombres soñadores, presos, mendigos y esposas mandonas. Con la inocencia justa, con ternura e ignorando el canon de lo políticamente correcto, Diego Parés recupera personajes emblemáticos del costumbrismo argentino. Ahí donde parecía que ya no podía hacerse un chiste más, descubre una cantera de sentimientos perdurables y momentos absurdos que hicieron reír ayer y que lo siguen haciendo hoy. Con el añadido de una grata sorpresa: reímos con aquello que habíamos olvidado nos causa gracia.
Las mujeres y los niños primero es una selección de Humor Petiso, que se publica cada día en La Nación. Como toda buena selección, es lujosa y es injusta. Están todos los chistes que deben estar y faltan muchos, demasiados. Es momento entonces de recordar una vieja y olvidada costumbre: la paciencia. Ya vendrán otros libros. La saga de Humor Petiso acaba de comenzar.
Náufragos y ladrones, empleados sumisos y hombres soñadores, presos, mendigos y esposas mandonas. Con la inocencia justa, con ternura e ignorando el canon de lo políticamente correcto, Diego Parés recupera personajes emblemáticos del costumbrismo argentino. Ahí donde parecía que ya no podía hacerse un chiste más, descubre una cantera de sentimientos perdurables y momentos absurdos que hicieron reír ayer y que lo siguen haciendo hoy. Con el añadido de una grata sorpresa: reímos con aquello que habíamos olvidado nos causa gracia.
Las mujeres y los niños primero es una selección de Humor Petiso, que se publica cada día en La Nación. Como toda buena selección, es lujosa y es injusta. Están todos los chistes que deben estar y faltan muchos, demasiados. Es momento entonces de recordar una vieja y olvidada costumbre: la paciencia. Ya vendrán otros libros. La saga de Humor Petiso acaba de comenzar.