Alfred EBELOT fue un ingeniero, escritor y periodista de origen francés que vivió muchos años en la República Argentina; participó activamente como ingeniero en la organización de la línea de las defensas de frontera contra los indios, principalmente en la construcción de la Zanja Alsina.
“La Pampa ” es una obra que describe los personajes, hábitos, objetos, usos y costumbres que, según su propia percepción, fueron característicos en la sociedad argentina de finales del siglo XIX en el campo, los pueblos y la ciudad de Buenos Aires y que, al tiempo de ser escritos ya comenzaron a perderse en el tiempo por obra de la inminente civilización.
El propio autor declara: “…Si he reunido estas hojas volantes, es porque la rápida transformación de la República Argentina les presta un melancólico interés, y algo como un valor histórico. El indio ya no existe. Antes de diez años, la desapiadada civilización habrá pulido como con esmeril las anfractuosidades y las líneas toscas de la acentuada figura del gaucho. Los desaliñados apuntes de un testigo ocular ganarán con esto cierto sabor.
Muchos de los detalles esparcidos en estas páginas han dejado de ser exactos, en la hora en que estamos. Dentro de poco, serán falsos todos. Es su mérito.
Falsos, quiero decir arcaicos.
Habrán entrado en la inalterable verdad de las cosas abolidas. No serán documentos humanos. Serán documentos prehistóricos. Se consultará este libro como una crónica del venerable pasado. ¡Quiera Dios -pero Dios no pasa de ser un gran caprichoso- que, mientras tanto, el lector experimente tanto placer en hojearlo como el autor en escribirlo!”.
Alfred EBELOT fue un ingeniero, escritor y periodista de origen francés que vivió muchos años en la República Argentina; participó activamente como ingeniero en la organización de la línea de las defensas de frontera contra los indios, principalmente en la construcción de la Zanja Alsina.
“La Pampa ” es una obra que describe los personajes, hábitos, objetos, usos y costumbres que, según su propia percepción, fueron característicos en la sociedad argentina de finales del siglo XIX en el campo, los pueblos y la ciudad de Buenos Aires y que, al tiempo de ser escritos ya comenzaron a perderse en el tiempo por obra de la inminente civilización.
El propio autor declara: “…Si he reunido estas hojas volantes, es porque la rápida transformación de la República Argentina les presta un melancólico interés, y algo como un valor histórico. El indio ya no existe. Antes de diez años, la desapiadada civilización habrá pulido como con esmeril las anfractuosidades y las líneas toscas de la acentuada figura del gaucho. Los desaliñados apuntes de un testigo ocular ganarán con esto cierto sabor.
Muchos de los detalles esparcidos en estas páginas han dejado de ser exactos, en la hora en que estamos. Dentro de poco, serán falsos todos. Es su mérito.
Falsos, quiero decir arcaicos.
Habrán entrado en la inalterable verdad de las cosas abolidas. No serán documentos humanos. Serán documentos prehistóricos. Se consultará este libro como una crónica del venerable pasado. ¡Quiera Dios -pero Dios no pasa de ser un gran caprichoso- que, mientras tanto, el lector experimente tanto placer en hojearlo como el autor en escribirlo!”.