William Childers, recién licenciado en Oxford y poeta en ciernes, es enviado por su madre a Sudáfrica, donde esta espera que su tío Somerset pueda hacer carrera de él en los campos de diamantes. Pero las escasas aptitudes comerciales del muchacho harán que termine ocupando un puesto de escribiente en el soporífero juzgado del poblado de Du Toit’s Pan, donde los días transcurren monótonamente. Sin embargo, su abúlica existencia dará un giro radical cuando, durante una gira por el país, la archifamosa actriz Rosa Duchêne se cruce en su camino, cambiando su vida para siempre.
En La dama y los laureles , historia de tintes autobiográficos que sería llevada al cine por Cecil B. DeMille en 1921 y que, diez años más tarde, conocería una nueva versión de la mano de Berthold Viertel, Leonard Merrick narra de manera exquisita una tierna y agridulce historia sobre los equívocos del amor, las ironías del destino y las múltiples caras de la verdad.
William Childers, recién licenciado en Oxford y poeta en ciernes, es enviado por su madre a Sudáfrica, donde esta espera que su tío Somerset pueda hacer carrera de él en los campos de diamantes. Pero las escasas aptitudes comerciales del muchacho harán que termine ocupando un puesto de escribiente en el soporífero juzgado del poblado de Du Toit’s Pan, donde los días transcurren monótonamente. Sin embargo, su abúlica existencia dará un giro radical cuando, durante una gira por el país, la archifamosa actriz Rosa Duchêne se cruce en su camino, cambiando su vida para siempre.
En La dama y los laureles , historia de tintes autobiográficos que sería llevada al cine por Cecil B. DeMille en 1921 y que, diez años más tarde, conocería una nueva versión de la mano de Berthold Viertel, Leonard Merrick narra de manera exquisita una tierna y agridulce historia sobre los equívocos del amor, las ironías del destino y las múltiples caras de la verdad.