Es nuestro «deber» ser inteligentes, someter la razón a la experiencia, ajustarse a las leyes del espíritu, «luz desde la cual vemos las otras luces», y estudiar el método para pensar bien. Por eso este libro se dirige a todos: a los estudiantes, por supuesto; pero también «a todos aquellos que están enterrados en la existencia y que han renunciado al gozo del pensamiento. Quisiera probarles que no tienen razón».
Es nuestro «deber» ser inteligentes, someter la razón a la experiencia, ajustarse a las leyes del espíritu, «luz desde la cual vemos las otras luces», y estudiar el método para pensar bien. Por eso este libro se dirige a todos: a los estudiantes, por supuesto; pero también «a todos aquellos que están enterrados en la existencia y que han renunciado al gozo del pensamiento. Quisiera probarles que no tienen razón».