El quehacer literario, sus dificultades, sus azares, la búsqueda de expresión y comunicación que el novelista intenta y los avatares que se lo impiden o se lo permiten; en definitiva, este libro es testigo, con excelentes ejemplos -Proust, Mann, Virginia Woolf, Elizondo entre otos-, de la lucha del hombre por y con su obra. La novela como expresión de un tiempo histórico, de momentos piscológicos, de realidades que no por imaginadas o recreadas dejan -precisamente por esa circunstancia- de serlo. El mundo, en resumen, en que se da la novela y que es, a lo largo de este excelente ensayo, el mundo del hombre en el sentido más lato del término.
El quehacer literario, sus dificultades, sus azares, la búsqueda de expresión y comunicación que el novelista intenta y los avatares que se lo impiden o se lo permiten; en definitiva, este libro es testigo, con excelentes ejemplos -Proust, Mann, Virginia Woolf, Elizondo entre otos-, de la lucha del hombre por y con su obra. La novela como expresión de un tiempo histórico, de momentos piscológicos, de realidades que no por imaginadas o recreadas dejan -precisamente por esa circunstancia- de serlo. El mundo, en resumen, en que se da la novela y que es, a lo largo de este excelente ensayo, el mundo del hombre en el sentido más lato del término.