La consultoría que en términos generales significa “persona que da consejos” es una profesión que no ha estado exenta a los desafíos y las oportunidades del actual entorno dinámico y cambiante.
En nuestros días la labor del consultor se enfrenta a mitos tales como “para ser consultor debes saber todo y de todo”, siendo que en realidad quien ejerce la consultoría está para ayudar a sus clientes a descubrir, redescubrir e implementar nuevas y mejores formas de hacer, de pensar y de sentir.
Está también el mito que indica que la consultoría es una actividad o “membrete” para cubrir una situación de desempleo, siendo que en realidad ser consultor es una vocación/profesión que conlleva una gran responsabilidad, pero también la gran satisfacción de poder ayudar a las organizaciones, a quienes allí trabajan y a sus familias.
Hay quienes suponen que ser consultor implica ser un “regañador” o alguien que cobra por decirte qué está mal, afortunadamente es un mito que se desmiente cuando el consultor ejerce su función como un verdadero agente de cambios, un inspirador, un visionario que ayuda a la empresa a alcanzar ese potencial que, con su visión neutral, él puede ver.
Es normal encontrar también personas que argumentan que contratar consultoría es costoso. Si bien es una realidad que hay colegas que facturan a cambio de decir lo obvio, de repetir lo que se puede leer en revistas o libros universitarios, o que piensan que lo que funcionó en una empresa automáticamente funcionará en otras, también hay otros cuya labor representa una verdadera inversión, ya que si bien el consultor tiene el derecho a un ingreso como el de todo profesional de alta gama, los beneficios para la empresa derivados de su labor superan con creces su pago.
Ser un consultor exitoso presenta desafíos tales como la capacidad de ser autogestionado, dado que temas como vacaciones pagadas, días festivos, fondo de ahorro o antigüedad, son aspectos que debe aprender a gestionar por sí mismo, además de otros retos como el dejar de lado la seguridad de un ingreso constante .
Mantenerse actualizado y estar abierto al aprendizaje bajo una actitud de humildad es otra de las características de un buen representante de la consultoría. Nuevas herramientas, nuevos desafíos, nuevas generaciones, llevan a un buen consultor a convertirse en un amante del aprendizaje y la adquisición de nuevas habilidades.
Además de lo anterior, un consultor de éxito sabe que “para dar algo primero debes tenerlo”, por lo que está consciente de que debe empezar consigo mismo el proceso de mejora continua, para poder predicar con el ejemplo, ser congruente con lo que dice y lo que hace, y así inspirar a otros.
La labor de la consultoría en ocasiones puede ser un camino solitario, lo que demanda también saber cómo cuidarse física, mental y emocionalmente, por lo que un programa de auto cuidado es parte de las competencias que se suman a la lista de habilidades que tan loable profesión demanda.
Por último y no menos importante, la consultoría presenta el desafío de saber cómo es necesario saber “cómo dejarse encontrar sin que esto implique estarse ofreciendo donde no lo llaman”, bajo una imagen profesional y congruente.
Te invito a continuar con la lectura de este libro con la promesa de que, en los capítulos que lo conforman, encontrarás años de experiencia acumulada, compartida sin ningún celo profesional y con la idea de contribuir en la formación de los actuales y futuros consultores.
Es un gusto darte la bienvenida a este camino de aprendizaje.
Dr. Juan Pablo Aguilar
Presidente ejecutivo 2021-2025
Red Internacional de consultores
La consultoría que en términos generales significa “persona que da consejos” es una profesión que no ha estado exenta a los desafíos y las oportunidades del actual entorno dinámico y cambiante.
En nuestros días la labor del consultor se enfrenta a mitos tales como “para ser consultor debes saber todo y de todo”, siendo que en realidad quien ejerce la consultoría está para ayudar a sus clientes a descubrir, redescubrir e implementar nuevas y mejores formas de hacer, de pensar y de sentir.
Está también el mito que indica que la consultoría es una actividad o “membrete” para cubrir una situación de desempleo, siendo que en realidad ser consultor es una vocación/profesión que conlleva una gran responsabilidad, pero también la gran satisfacción de poder ayudar a las organizaciones, a quienes allí trabajan y a sus familias.
Hay quienes suponen que ser consultor implica ser un “regañador” o alguien que cobra por decirte qué está mal, afortunadamente es un mito que se desmiente cuando el consultor ejerce su función como un verdadero agente de cambios, un inspirador, un visionario que ayuda a la empresa a alcanzar ese potencial que, con su visión neutral, él puede ver.
Es normal encontrar también personas que argumentan que contratar consultoría es costoso. Si bien es una realidad que hay colegas que facturan a cambio de decir lo obvio, de repetir lo que se puede leer en revistas o libros universitarios, o que piensan que lo que funcionó en una empresa automáticamente funcionará en otras, también hay otros cuya labor representa una verdadera inversión, ya que si bien el consultor tiene el derecho a un ingreso como el de todo profesional de alta gama, los beneficios para la empresa derivados de su labor superan con creces su pago.
Ser un consultor exitoso presenta desafíos tales como la capacidad de ser autogestionado, dado que temas como vacaciones pagadas, días festivos, fondo de ahorro o antigüedad, son aspectos que debe aprender a gestionar por sí mismo, además de otros retos como el dejar de lado la seguridad de un ingreso constante .
Mantenerse actualizado y estar abierto al aprendizaje bajo una actitud de humildad es otra de las características de un buen representante de la consultoría. Nuevas herramientas, nuevos desafíos, nuevas generaciones, llevan a un buen consultor a convertirse en un amante del aprendizaje y la adquisición de nuevas habilidades.
Además de lo anterior, un consultor de éxito sabe que “para dar algo primero debes tenerlo”, por lo que está consciente de que debe empezar consigo mismo el proceso de mejora continua, para poder predicar con el ejemplo, ser congruente con lo que dice y lo que hace, y así inspirar a otros.
La labor de la consultoría en ocasiones puede ser un camino solitario, lo que demanda también saber cómo cuidarse física, mental y emocionalmente, por lo que un programa de auto cuidado es parte de las competencias que se suman a la lista de habilidades que tan loable profesión demanda.
Por último y no menos importante, la consultoría presenta el desafío de saber cómo es necesario saber “cómo dejarse encontrar sin que esto implique estarse ofreciendo donde no lo llaman”, bajo una imagen profesional y congruente.
Te invito a continuar con la lectura de este libro con la promesa de que, en los capítulos que lo conforman, encontrarás años de experiencia acumulada, compartida sin ningún celo profesional y con la idea de contribuir en la formación de los actuales y futuros consultores.
Es un gusto darte la bienvenida a este camino de aprendizaje.
Dr. Juan Pablo Aguilar
Presidente ejecutivo 2021-2025
Red Internacional de consultores