Es hora de madurar: la magia no existe, y se acabó lo de jugar a hechiceros.
El Mal tampoco existe. Y si existe, es indudablemente menos terrorífico que el Bien. Porque todo es siempre más complicado de lo que parece. Incluso el Bien. Todo está lleno de sombras. Sombras de las que surgen arcángeles redentores, duendes adoradores del arte, brujas ninfómanas y monstruos de pesadilla, como los que habitan en una urbanización norteamericana presuntamente idílica. Y, por supuesto, sombras que esconden lo que ocurre de verdad en un gran supermercado: una batalla épica cuyo desenlace podría cambiar el mundo.
Finalizadas las clases en la Escuela de Magia, Conrado, Figueredo y Umami son enviados a su primera misión de campo al lugar más peligroso de la Tierra: Estados Unidos. Objetivo: investigar un proyecto de control memético que podría volver amable y sonriente a todo el mundo. Sin embargo, las cosas no siempre son lo que parecen, y para salir con vida, Conrado deberá alcanzar una temperación totalmente nueva, quizás esa clase de temperación que se parece sospechosamente a la falta de temperación.
La segunda parte de Jitanjáfora continúa dinamitando las convenciones del género fantástico, huyendo de la ortodoxia formal, moral y subnormal. Demostrándonos que la magia potagia es sólo un pueril juego de manos. Y que, en definitiva, ésta no es una narración apta para todos los públicos, aunque debería serlo.
"Jitanjáfora: Desencanto" constituye un sarcástico tour de force para volver atrás, un gran viaje des-iniciático. Porque así son todos los grandes viajes: te cambian hasta el punto de que nada cambia. Y entonces llega la hora de colgar la túnica, romper la varita y ver la comedia pasar. Exorcismo completado.
Es hora de madurar: la magia no existe, y se acabó lo de jugar a hechiceros.
El Mal tampoco existe. Y si existe, es indudablemente menos terrorífico que el Bien. Porque todo es siempre más complicado de lo que parece. Incluso el Bien. Todo está lleno de sombras. Sombras de las que surgen arcángeles redentores, duendes adoradores del arte, brujas ninfómanas y monstruos de pesadilla, como los que habitan en una urbanización norteamericana presuntamente idílica. Y, por supuesto, sombras que esconden lo que ocurre de verdad en un gran supermercado: una batalla épica cuyo desenlace podría cambiar el mundo.
Finalizadas las clases en la Escuela de Magia, Conrado, Figueredo y Umami son enviados a su primera misión de campo al lugar más peligroso de la Tierra: Estados Unidos. Objetivo: investigar un proyecto de control memético que podría volver amable y sonriente a todo el mundo. Sin embargo, las cosas no siempre son lo que parecen, y para salir con vida, Conrado deberá alcanzar una temperación totalmente nueva, quizás esa clase de temperación que se parece sospechosamente a la falta de temperación.
La segunda parte de Jitanjáfora continúa dinamitando las convenciones del género fantástico, huyendo de la ortodoxia formal, moral y subnormal. Demostrándonos que la magia potagia es sólo un pueril juego de manos. Y que, en definitiva, ésta no es una narración apta para todos los públicos, aunque debería serlo.
"Jitanjáfora: Desencanto" constituye un sarcástico tour de force para volver atrás, un gran viaje des-iniciático. Porque así son todos los grandes viajes: te cambian hasta el punto de que nada cambia. Y entonces llega la hora de colgar la túnica, romper la varita y ver la comedia pasar. Exorcismo completado.